Circulo del Ser
  • INICIO
  • Quiénes Somos
  • Talleres y Conversatorios
  • Círculos de Unidad
  • Contacto
  • Blog

Confesiones de un Hombre...

2/16/2018

0 Comentarios

 
Imagen
​Carta a mí mismo

Sé que no estoy soñando, a pesar de que todo el tiempo quisiera poder despertar de lo que me está pasando y volver a vivir la felicidad y tranquilidad de estar con ella, pero sé que eso no va a volver a pasar. 

Estuve en una relación por más de siete años. Una relación en la que a pesar de los altos y bajos, éramos felices. Una relación que me enseñó lo que era el amor, lo que de verdad significa estar enamorado. Fue la primera vez que perdía la cabeza por alguien. Fue la primera vez que aprendí a amar a otra persona más que a mí mismo 

Durante estos años aprendimos mucho el uno del otro, pero el tiempo fue haciendo una brecha en nuestra relación, y sin darnos cuenta, fuimos creciendo aparte el uno del otro. No alimentamos nuestra relación como me dijo una terapeuta hace poco. Y aunque esa no fue la única razón del porque lo nuestro no funcionó, sin duda fue determinante. 

Hoy, que miro atrás, quisiera poder volver el tiempo y tenerla a mi lado nuevamente para cambiar las cosas que en su momento no pudimos afrontar, por orgullo, por soberbia y terquedad; nos empeñamos mutuamente en culparnos el uno al otro y no en encontrar soluciones. 
Y desafortunadamente nos hicimos daño. Nunca quise que así pasara. Nunca tuve la intención de hacerla llorar, pero con mi silencio o mi ausencia, eso hice. Y mientras quería resolver mis propios demonios, la alejé de mí y me alejé de ella. 

Ella también tenía sus propios asuntos, que en algunas oportunidades quiso compartir conmigo, pero supongo que no tuvimos la madurez de relacionarnos de la mejor manera. Estábamos locos el uno por el otro, pero eso con el tiempo no fue suficiente pues terminábamos volviéndonos locos el uno al otro. Cada discusión que teníamos se tornaba más difícil y aunque nos amábamos profundamente no supimos resolver nuestro lugar en la relación pues no teníamos claro nuestro lugar en nosotros mismos. 

Hoy me encuentro solo. Siempre le tuve miedo a la soledad pues ésta significaba enfrentarme a estar conmigo mismo y había muchas cosas de mi que no me gustaban y no quería mirar de frente. Era siempre más fácil buscar como distraerme que conocerme. 
Así que una vez que me vi en este lugar en el que estoy, tomé la decisión de dejar de evitarme y buscar ayuda para saber realmente quien soy y que quiero. 
El qué soy, resultó ser más complejo de lo que pensé al comienzo. Empezar a mirar hacia adentro me abrió un mundo que de mí desconocía, pero que a la vez empezaba a hacer sentido. Y ya que estaba embarcado en esto, dejé a un lado los miedos y me dediqué a encontrar todas esas cosas de mi que bloqueaban mi felicidad y que saboteaban mi vida. Y fue mucho lo que encontré. Fue mucho lo que aprendí. 

Hoy tengo claro que no quiero caer en lo que muchos hombres caen, sacar un clavo con otro clavo. Eso sólo me llevaría a seguir escondiéndome de mi mismo y evitar mi propio crecimiento personal. Sé que tengo que tomar este tiempo para sanar mis heridas, pues, aunque no parezca, a nosotros también nos duele dejar de estar en una relación. A nosotros también nos asusta estar solos y nos aterra la posibilidad de no volvernos a enamorar como en un momento lo hicimos. 

Hoy sé que tengo que empezar por perdonarme y por asumir que ésta es solo la oportunidad para aprender de mí y tener la certeza, que, si volviera a vivir lo que viví, lo haría mucho mejor.

0 Comentarios



Deja una respuesta.

Con tecnología de Crea tu propio sitio web con las plantillas personalizables.
  • INICIO
  • Quiénes Somos
  • Talleres y Conversatorios
  • Círculos de Unidad
  • Contacto
  • Blog